En Ecuador, históricamente, el rol de los fallos judiciales era secundario, por erráticos y disfuncionales, por contradictorios e inentendibles y, en definitiva, por su falta de sistematización. Lo anterior, aupado por la actuación unívoca de las Escuelas de Derecho que decidieron impartir la Ciencia desde un ámbito puramente normativo, relegó a la jurisprudencia a un segundo plano. Sin embargo, desde el 2008, paulatinamente, con paso firme y constante, la Corte Constitucional del Ecuador empezó a construir la cultura del precedente judicial y transformó el Derecho de nuestro país.
Como consecuencia de lo anterior, surgió un innato deseo de saber, puesto que, además de encontrar en los fallos las respuestas que las leyes no brindaban, observamos cómo nueve ciudadanos revestidos del poder de administrar justicia empezaron a «tejer” una historia propia para el país cimentada en la tutela de ciertas causas sociales que encontraron en la Corte Constitucional el espacio, que tanto el Parlamento como el Gobierno les negó.
Lo que surgió como una simple curiosidad de dos abogados jóvenes que buscaban comprender la manera en que razonan jurídicamente los jueces sobre los derechos constitucionales de las personas, con el tiempo se transformó en estudio riguroso y disciplinado de la jurisprudencia constitucional. Una parte relevante de tal estudio ordenado y metódico es lo que exponemos en este libro; con un formato disruptivo y una forma menos pomposa de estudiar el Derecho para lograr el propósito de acercar a la ciudadanía la opinión de los jueces constitucionales, creamos en el mes de junio de 2020 el proyecto #LaCorteDice, cuyos primeros 500 criterios judiciales difundidos durante este primer año se encuentran publicados en el presente libro.
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