MATAR Y DEJAR MATAR

Ecuador atraviesa un estado de violencia intracarcelaria y social sin precedentes. Pero, ¿cómo y cuándo ocurrió todo esto?, ¿qué factores podrían explicar esta situación?, ¿cuál es el panorama del país?, ¿qué rol tendría el Estado en ello?; y, finalmente, ¿puede caber un marco teórico para comprender lo que está sucediendo? Sin duda que faltarían preguntas ante un problema semejante. Lo cierto es que desde hace un par de años la violencia extrema se ha convertido en un hecho social y cotidiano. Las ciudades ecuatorianas han reducido su vida comercial diaria y nocturna, mientras sus habitantes se ven obligados a refugiarse en sus casas para no ser asesinados en las calles. Como si fuese una profecía, un entrañable amigo de la universidad compuso en 2000 una canción que describía todo esto.